Cualquier vínculo nos permite vernos a nosotros en el otro. Es a través del otro que puedo ver los conflictos que hay en mí, no al revés. No existe tal cosa por separado, aislados. Son vínculos específicos donde puede existir una amistad, pareja, compañero, compañera, amante, trabajo, familia, etc. Digamos que son esos vínculos en los que nos paramos a compartir un ratito de nuestra vida. A veces es poco tiempo, a veces dura más, en ocasiones toda la vida. El tiempo no es lo importante, lo importante es la calidad del vínculo. ¿Cuánto de honesta o honesto me permito ser para dejarme ver frente al otro? O por el contrario, ¿Me mantengo poniendo máscaras en la ilusión de creer que no se nota?
La honestidad en un vínculo aparece cuando yo puedo dármela. Si no soy honesta o honesto conmigo lo que voy a proyectar en el otro es una locura que está lejos de ser saludable. Claro que para llegar a mostrar mi desnudez, debo abrazar todo lo que soy y eso es todo lo que porto, para bien y para mal. Hay cosas de nosotros que no siempre van a gustar y con eso tenemos que contar, porque en eso no hay ningún problema, el problema es disfrazarlas.
¡Cúanto desgaste caer en esa trampa de escondernos ante el otro, de nosotros! La honestidad representa mostrar las credenciales de uno mismo momento a momento, ante aquellas personas que elegimos para compartir lo que sea que es importante para nosotros. Mostrándonos al completo: vulnerables, débiles, ariscos, salvajes, amorosos, tiernos, graciosos, etc. Toda nuestra paleta de colores, desde el negro hasta el blanco. Compartir cualquier estado que reine. ¿Qué es un vínculo saludable si no puedo mostrarme como soy? Desde luego que podrán resultar muchas cosas desde esa forma (escondiéndome) pero el resultado será el achicamiento, la despotenciación, relaciones postizas, es decir desvitalizantes.
Lo que eres, no es algo que puedas tapar, aunque tu mente crea que sí. Eso que no es nada malo o bueno, simplemente es!
Es a través de la honestidad y del amor propio que podemos construir vínculos fructíferos, duren lo que duren, dejando nuestros esquemas mentales a un lado de un futuro que no llega, ¡porque en el presente no soy auténtico o auténtica!.
Eso no nos asegura que el vínculo vaya a ser eterno, pero desde luego que real sí será, y eso te lo llevarás puesto en tu alma para pasar al siguiente nivel de experiencia. Nunca perdemos nada, sólo pasamos a otras situaciones, personas o cosas que tienen otros propósitos que aprender.
Si yo estoy en una escucha honesta de mí, podré saber en que parada me bajo o por el contrario elijo seguir montada en este trayecto en el que recibo un aporte que me hace sentir bien, cómoda, inspirada, me suma y me hace abrirme a diferentes formas que sin el otro u otra no podría haberlo hecho. Si por el contrario no soy honesta, me espera un viaje muerto y lleno de frustraciones.
La nutrición no sólo se limita al alimento físico, la forma en que nos relacionamos con otras personas nos revitalizan o por el contrario nos desnutren. Parar y revisar, es darnos tiempo para mejorar nuestra propia parcela, donde único nacerán alimentos nutritivos y verdaderos para compartir.
