Los milagros están ahí para los que dejan de pensar demasiado y sienten. La mente hace tanto ruido que nos convence de con suerte, un día aparecerán. Siempre han existido, pues la vida es eso, magia. La magia que contiene todo lo inesperado, sólo apta para el que espera y se deja sorprender. He probado su inutilidad cuando no va a favor de mi cuerpo. Cuánto enredo, cuánto sufrimiento. Estamos servidos de ignorancia. Ignorancia del funcionamiento de nuestra propia máquina que es única e irrepetible. No nos enseñaron a respetarla y está bien así. Nos toca a nosotros desnudarnos ante nosotros mismos con todo aquello que contenemos.

Es poderosa cuando la observo sin elegirla como puente de mando, cuando me rindo y doy la bienvenida a lo que hay y siempre ha habido: la verdad que reside en mi cuerpo.

Parar. Observar. Parar. Observarme y volver a parar.

¿Qué me dice mi cuerpo? ¿Estoy tranquila? ¿Estoy nerviosa? ¿Me siento cómoda o me tenso? ¿A donde voy con tanta prisa? ¿Esto es prioritario?. Y aún más, ¿Me gusta eso por lo que estoy corriendo?

Podría seguir formulando preguntas sin fin. El valor para confrontarnos depende del hastío acumulado, de la frustración acumulada, del sentimiento profundo de que la vida no puede ser un cúmulo de costumbres que repetimos sin cuestionarnos si nos satisfacen o no.

Rendirte a lo que es. Y lo que es no siempre me va a gustar. Habrá cosas que me fliparán, otras muchas que me decepcionarán. El baile infinito entre lo dual. Hay una máxima muy evidente que todos hemos vivido y viviremos: la vida y la muerte. Yo sólo conozco la vida, la muerte llegará cuando deba de llegar, ahora mismo hay vida y eso es lo único que hay y es.

La mente se cree con la capacidad selectiva de suprimir lo que no le gusta, y hará lo indecible para zafarse de lo que no le mola. ¿De qué huye? Del dolor, como si éste no fuera parte de la vida. Tanto lo amputa que lo convierte en un profundo sufrimiento. Sufrimiento que se enquista en nuestras entrañas. Sentimiento que podemos llegar a normalizar como parte de nosotros.

No hay nada fuera de nosotros que sea tan diabólico como el desconocimiento de nosotros, de nuestra máquina, única y auténtica. Nada. Vamos buscando parches para no sentir el dolor. Como un drogadicto busca la dosis exacta para disuadir su mono. El de ellos puede ser más evidente y hasta en cierto modo, me cuestiono si no será menos complejo que el letargo al que nos sometemos sutilmente automatizándonos en patrones homogeneizantes de una sociedad enferma que no piensa de manera propia y única. ¿Donde está lo genuino de cada uno?. ¿Y la autenticidad?. ¿Y lo fresco de una carcajada sin corsé? Copias, copias y más copias.

En definitiva, lo que somos con toda nuestra paleta de colores, sin disfraz.

Cuestionarme si lo que hago (todo lo que voy haciendo en el ahora) me gusta y por lo tanto me regenera. Y si es no, tener el valor de enfrentarlo, porque si yo no me lo concedo…¿Alguien va a venir a satisfacerme? La respuesta es rotunda y clara: NO. Darme cuenta de esto me permite liberarme de mi cárcel mental y dejar que mi cuerpo sea el que a través de mis entrañas se comprometa en lo que es correcto para mí. “El entusiasmo es gratuito” frase que me encantó escuchar de alguien que le entusiasma lo que hace, ama lo que hace y por lo tanto se ocupa de sí con sensatez y valentía.

Para ser no hace falta esforzarnos, ya somos! Lo que no somos es ese condicionamiento tan sumamente arraigado que nos hace vernos distorsionados, deambulando por la vida como locos en busca de una felicidad externa, que jamás encontraremos. No está ahí. ¿La dirección? Hacia dentro.

Gracias a lo que sea que tenga que darle las gracias por direccionarme hacía personas, situaciones y cosas que me inspiran a volver a casa, a la mía, a la que soy y nunca ha dejado de ser. La vida siempre gira, pero un día viene y te hace consciente de ello. Y la mía giró comiéndome una simple y placentera mandarina, cuando me saltó un vídeo sin buscarlo de Eduardo Ibañez hablando de diseño humano.

Eternamente agradecida.

Música: https://www.youtube.com/watch?v=lERLoJMNM84