A menudo la vida nos chupa y nos lleva al fondo, un fondo donde no hay claridad, todo parece estar difuso, confuso y surge nuestros miedos más ocultos.
Digo a menudo, porque es liberador saber que la vida de un ser humano se compone de una sucesión de altos y bajo por igual.
A veces, siento que venimos aquí para ser entrenados a experimentarnos sobre todo, cuando estamos en lo bajo.
No nos enseñaron, desde que podíamos entender, que el placer y el dolor iban a estar por partes iguales…Lo que finalmente ocasionó y aprendimos que cuando la vida no pintaba cálida y veraniega, luchamos para que así fuera. Y agota. Eso agota tanto…
Negarse a sentir lo que es tan natural. La dualidad de habitar en nuestro cuerpo, nuestro propio planeta.
Aceptar y residir en nuestro cuerpo cuando la baja viene, es un reto que se repite y vuelve a repetirse durante toda una vida. SI nos damos el mimo y el respeto de habitarnos, nace un poder que surge del contacto con nuestra vulnerabilidad que nos acerca a un respeto profundo, a un amor. El nuestro propio.
Y así, una tras otra, terminamos no temiendo las pruebas que vendrán porque cada vez sabemos nadar, aceptar más y más esos sentires que aunque no sean tan dorados son profundamente nuestros, profundamente humanos.
Nel Marrero.
Dietista-Nutricionista. Terapeuta Gestalt. Nutrición Integradora.
